La manera de ganarle la batalla al tiempo, y a todos sus avatares -presentismo, contemporaneidad, inmediatez-, es con atemporalidad. Construida, imaginada o desaparecida, la arquitectura conquista la atemporalidad cuando deviene ejemplar. Cuando de su condición de edificada trasciende a la de edificante.
Son perennes el Templo de Salomón, el Cenotafio de Newton o el Pabellón de Mies en Barcelona, que no dejó de existir incluso durante los años en que permaneció desarmado.
Un edificio puede desaparecer por causas caprichosas, pero su permanencia tiene necesariamente una deuda con los cimientos, el oficio, su condición moral o la pasión que despierta. Y sin duda con su capacidad de adaptación.
Los que conozcan Great Coxwell Barn, creo que estarán de acuerdo en que es un ejemplo puro de longevidad en arquitectura civil. Para todos, este ensayo extiende sobre la mesa las evidencias de su supervivencia, con la íntima convicción de que contienen principios universales.
Palabras clave:
Atemporalidad, Great Coxwell, Honestidad, William Morris, Prólogo
Biografía del autor/a
Tuska Arroyo García, Madrid, España
Tesista en Programa de Doctorado en Patrimonio Arquitectónico en el Departamento de Composición de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, España. Sus áreas de interés son la Historia del Arte y Teoría de la Arquitectura.
Arroyo García, T. (2017). (A) la conquista de la atemporalidad. The Great Coxwell Barn. Revista De Arquitectura, 22(33), Pág. 65–73. https://doi.org/10.5354/0719-5427.2017.47698
Estimados/as, queremos informar la suspensión de acceso al sistema de gestión de la revista desde el martes 26 de abril hasta el miércoles 4 de mayo por actualización de la plataforma editorial.
Cualquier duda al respecto, pueden comunicarse al correo electrónico del contacto principal.