A partir de los años setenta, el estudio de la calidad de vida, desde una perspectiva biomédica, psicológica y social, comienza a hacerse más sistemático y relevante en el mundo académico. La calidad de vida se la ha definido, principalmente desde un punto de vista subjetivo (OMS, 1995), destacando la percepción de las personas sobre diversos ámbitos de sus vidas, donde lo importante es destacar la relevancia del contexto social y cultural y del sistema de valores en el que experimentan su vida cotidiana.