in Boletín de Filología
Vislumbres de la historia de rulo ‘secano’ en la toponimia chilena actual
Resumen:
Revisamos la hipótesis postulada por los lexicógrafos iniciales del español chileno para rulo, según la cual esta voz, de origen mapuche, transitaría desde ‘terreno de cultivo húmedo’ a un posterior ‘terreno de cultivo de secano’. Visitamos algunos de los lugares de la geografía nacional donde esta voz ha cristalizado en topónimos, y discutimos algunas noticias lexicográficas, para concluir que esta hipótesis parece prescindible. Es verosímil suponer que rulo, o bien su antecedente mapuche rulu, debe significar originalmente ‘llano cultivable’, siendo la condición húmeda del terreno no relevante. Una condición húmeda del rulo, propia del lluvioso sur chileno, se vio recogida en los diccionarios del mapuche, en definiciones quizá en exceso ceñidas a la realidad austral del país. El mismo rulo ‘llano’, aplicado en el centro mediterráneo y semi-árido del país, se asocia con ‘secano’. Desde la sociedad hispánica que puebla el Centro de Chile, este ‘secano’ acaba primando en el sentido de la voz, ahora chilena, que cobra además todas las connotaciones negativas que se asocian a un cultivo de azaroso y menguado fruto.
1. RULO EN LA LEXICOGRAFÍA CHILENA ¿UNA VOZ DE DOS ACEPCIONES?
Nota de autor 1
En 1875 el Diccionario de chilenismos de Zorobabel Rodríguez ya contempla la voz (tierra de) rulo ‘terreno secano’, haciéndola objeto de un comentario etimológico:
Por un procedimiento que no es difícil de imaginar la voz rulo, que en araucano significa las vegas o parajes húmedos, ha venido a significar entre nosotros los terrenos secanos.
Puede presumirse que los indios convertidos i conquistados llamarían primeramente sementeras de rulo aquéllas que, por hacerse en lugares húmedos, no se regaban porque no había necesidad de regarlas; i que andando el tiempo, sus descendientes llamarian asi las siembras i los terrenos mismos que no se regaban, porque no podian regarse (Rodríguez 1875: s.v. rulo).
Al explorar la tradición posterior de los diccionarios de chilenismos, en Ortúzar (1893) hallamos escuetamente:
Rulo. Chil. Secano.
Echeverría (1900) suma un derivado a la voz de nuestro interés:
Rulengo.- ch.- adj.- raquítico, desmedrado.
Rulo.- ch.- m.- secano, tierra de labor que no tiene riego.
A tres décadas de Rodríguez, Rodolfo Lenz incluye el castellano rulo en su Diccionario etimolójico de voces chilenas derivadas de lenguas indíjenas (1905-1910), pero con dos acepciones contrapuestas: ‘terreno húmedo’, y ‘secano’. La primera acepción, poco usada, concuerda con el sentido considerado original de la voz mapuche. La segunda, aparentemente opuesta a este sentido original, es la de uso frecuente. Lenz reitera en seguida el origen identificado por Rodríguez, mediante la cita de dos gramáticos coloniales del mapuche:
*rúlo m. – lit. - 1. raro - terreno húmedo, vega, faldas de cerro apropósito para el cultivo de chacra sin necesitar riego artificial. MEDINA 205 2 || 2. mui usado - secano, tierra de labor que no tiene riego, acequias, agua corriente i sólo recibe agua de la lluvia; terrenos de rulo son buenos para cultivo estensivo, Gay, Agr I 269. Se dice tb. trigo de rulo, sandías de rulo etc. Rodríguez 428. Zerolo. || 3. ser de rulo – se dice a) de terrenos, fundos que no son de “regadío”; b) de plantas de cultivo a las cuales conviene el cultivo de rulo; c) burl.- de personas que no se lavan o, al ménos, no se bañan. “Los hombres del coloniaje eran de rulo” B. Vicuña M. Stgo. II 439. || 4. peinarse de rulo – fam. – peinarse sin usar agua, peinarse mal i sin cuidado, se dice de muchachos [Centro].
Derivado: I arruládo -a – lit. - terreno algo húmedo Gay, Agr II, 93 3 . II *ruléngo, -a lit 1. terreno rulengo = de rulo / 2. planta rulenga - la que no se desarrolla bien por falta de riego o por el terreno pobre; raquítico. Echeverría 226 4 / 3. fam - de pollos i otros animales domésticos, por broma de hombres, que tienen el cuerpo mal desarrollado, raquítico / 4. fam. – de caballos = lunanco 5 [Ñuble].
Etimología: mapuche, Febrés: rulu - las vegas o llanos húmedos | Havestadt 774: rulu - campus, locus madidus humidus.
Gay, Agr. I 22, 27, 84, 93 se habla de terrenos realengos que son los que hoi se llaman “fiscales”, pertenecientes al estado. Cp. Dicc. Ac. 13 i mejor Zerolo. Supongo que esta palabra ha servido de modelo para la formacion de rulengo. Cp. para la procedencia del sufijo -engo, Menéndez Pidal, Manual elem. de gramática histórica española 2ª ed. paj. 152 §84, 2.
Otra década después el Diccionario de chilenismos y otras locuciones viciosas de Manuel Antonio Román (1901-1918) recoge rulo reconociéndole las dos acepciones señaladas por Lenz, sin asignarles tampoco distribución geográfica:
Rulo. m. Viene del araucano rulu, las vegas o llanos húmedos, y por eso conserva en algunas partes este mismo significado; en otras, y son las más, significa lo contrario, es decir, tierra de labor que no tiene riego, y sólo participa del agua llovediza [...] ¿Cómo se explica esta oposición de significado? [s.v. rulo, destacado nuestro]
Tras citar a Rodríguez, Román concluye nuevamente que:
vino a confundirse la no necesidad con la imposibilidad. Conforme a este doble significado hay varios fundos y lugares que se llaman El–Rulo, Los–Rulos.
Nuevamente la primera acepción de rulo, ‘vega, llano húmedo’, aparece, en el castellano chileno, esquiva y vaga (v. nuestra nota 2). Existiría en algunas partes, y ofrecería sus testimonios, por lo visto, en la toponimia.
En seguida Román se ocupa de las derivaciones y fraseologismos que se desprenden desde rulo:
De rulo, expresión que en sentido propio se dice de las tierras secas que no tienen más riego que la lluvia, y de las plantas y frutos que en ellas se producen; en sentido fig. y fam. se dice de las personas que no se lavan y de las que no se bañan y también de las que no beben licor. En otro sentido más fig. aún la empleó Vicuña Mackenna cuando escribió: “Las familias que no tienen sangre de Lisperguer son familias de rulo” (Los Lisperguer), es decir, valen menos, como los productos de las tierras secas. [...]
Del s. rulo se ha formado el v. arrular, a. arar muy bien un rulo para que, cuando reciba la lluvia, se empape bien y conserve la humedad por mucho tiempo.
Compárese este arrular con el arrulado recogido por Lenz desde Gay. Pueden también estar relacionados y acaso ser el segundo el nombre del efecto del primero.
En cuanto a Medina (1928), este trae:
rulenco, ca. adj. Enclenque, desmedrado. (Rulengo).
rulo. (Del arauc. rulu) m. Secano, 1ª acep.
Regresamos así a la información de un rulo monosémico, asociado solo a secano. Similar mirada ofrece AChL (1978):
rulenco. ad j. V. rulengo
rulengo, ga. adj. fam. Raquítico, mal desarrollado, enclenco. Aplícase con frecuencia a animales, Variante: rulenco, menos usual.
rulo. (voz mapuche). m. Chile, Argentina y Bolivia. Terreno de cultivo que sólo recibe agua de la lluvia [...].
rulo. (voz mapuche). m. ... // Ser de rulo. loc. fam. burlesco. Ser reacio a lavarse o bañarse.
Arribamos al hito final del DECh (1984-1987), donde leemos:
rulo/2 (Del map. rulu, ‘vega o llano húmedo’) m. Secano; tierra de labor sin riego y que sólo recibe el agua de la lluvia: “Rulos y arreglos de viñas” (Tercera 10476, 1). U. m. en sing. regido por de: “Una lisa asada con algún vinillo de rulo” (Latorre, Puerto, 66); “Tienen unas cuadritas de rulo y siembran trigo” (Rojas, Punta 35); “Los terrenos de rulo, con las últimas lluvias, están totalmente útiles” (Tercera 6972,10).
s/er de rulo [N] fr. atrib. fest. fam. No tener la costumbre de lavarse o de bañarse: “Los hombres del coloniaje eran de rulo” (Vicuña Mackenna, Santiago II 439, cit. por Lenz). / 2. No tener la costumbre de ingerir bebidas alcohólicas; ser abstemio: “-¿Es de rulo usté, compadre, que no hace salucita?”. Usos metafóricos provenientes de rulo/2.
En el capítulo de las derivaciones el DECh presenta:
rulenc/o [N] adj. fam. p. us. Ruleng/o.
ruleng/o [N] adj. fam. Raquítico, enclenque, mal desarrollado: “Así se cría la gente rulenga” (Maluenda, Escenas 92); “Era rulenga; al andar, una pata le pedía permiso a la otra” (Muñoz, Zacarías 31) [...] Aplícase tb. a cosa: “unas letras rulengas, escritas con un papel de carbón” (Sepúlveda, Camarada 16) [...]. Derivado de rulo/ 2, por ser raquíticas las plantas y animales que se crían en esa clase de tierras.
rulengue/ar [N] intr. fig. fam. p. us. Caminar como ruleng/o: “Andaba
rulengueando, aquejado por los dolores del reuma” (Guzmán, Garuya, 306). Var.: rulenque/ar
rulenque/ar [N] intr. fig. fam. p. us. Rulengue/ar.
Estas entradas del DECh nos sugieren, a su vez, que la formación de rulengo y rulenguear puede deberse también a una influencia analógica de rengo y renguear.
En suma, nos parece notable en este recuento el hecho de que un castellano chileno rulo ‘terreno húmedo cultivable’ es informado solo en Lenz y, más esquivamente, en Román. A partir de entonces esta “acepción” de rulo se oculta en la historia de la lexicografía nacional, al menos en lo que refiere a las fuentes aquí revisadas.
No podemos sino por lo pronto dudar: ¿existe realmente un rulo ‘terreno húmedo cultivable’ en el castellano chileno? El testimonio de Medina citado en Lenz parece haber sido leído muy libremente. En cuanto a sus eventuales reflejos toponímicos, apuntados por Román, la discusión que exponemos a continuación vendrá a cuestionar el valor de esta evidencia de por sí cuestionable (pues se trata de nombres propios que pueden haber quedado en nuestro paisaje como reliquias de un signo existente solo en otra lengua).
2. RULO EN LA TOPONIMIA CHILENA
En el Listado de Nombres geográficos, Desde Visviri a Chaitén, editado por el Instituto Geográfico Militar de Chile, se registran varios lugares de nombre El Rulo, Los Rulos o sencillamente Rulo o Rulos. Los recogemos en la siguiente Tabla, ordenados de Norte a Sur, y les asignamos, para efectos de este trabajo, una numeración. Adjuntamos una letra al número cuando se trata de deglosar un conjunto de accidentes geográficos que, aledaños o contiguos, comparten el mismo nombre:
Esta tabla nos ofrece algunas primeras impresiones llamativas:
a.– el topónimo que nos interesa se concentra entre las regiones IV y VI;
b.– algunos de estos topónimos deben guardar relación mediata con la etimología propuesta, pues: [2a] y [17] se aplican a cerros; como hidrónimo rulo se aplica a 5 quebradas y un estero 9 ; el nombre está también trasladado a asentamientos humanos [5c], [11], [12], [16].
En el año de 2005 nos propusimos visitar estos lugares e indagar si entre sus habitantes existía noción de la motivación respectiva de cada uno de estos topónimos 10 . Durante el verano de 2006 y a lo largo del primer semestre de ese año tuvimos ocasión efectiva de visitar varios de estos lugares (exactamente los destacados en negritas en la Tabla 1, vale decir 9 de ellos, sobre un total de 21).
2.1. Precisiones iniciales sobre algunos topónimos
El Listado de Nombres geográficos no expone el método mediante el cual reúne sus datos. La situación que registra en sus páginas en más de una ocasión se vio contradicha por lo observado en nuestras visitas:
a.– en cuanto al topónimo mismo:
El lugar [21] es conocido por sus habitantes no como Los Rulos (así figura en el Listado de nombres geográficos), sino como Rulo (consideración hecha unánimemente por tres lugareños).
Más adelante, en nuestro acápite [2.3.], v. también una relativización del topónimo [19].
b.– en cuanto al referente del topónimo:
Frecuente es que El Rulo o Los Rulos sea para sus habitantes, más que un caserío, pueblo o lugar, un sector que se extiende por espacio de kilómetros a lo largo de un camino.
Así, los topónimos [5a-5b-5c] son comprendidos latamente como un solo sector. Si bien en él hay efectivamente un pueblo o caserío [5c] llamado Los Rulos, solo este último es un lugar al cual se puede adscribir una latitud y longitud precisas. El sector, por el contrario, comprende un vasto espacio, estimable en unos 10-12 kms. a lo largo del camino que conduce finalmente al pueblo. El topónimo cubriría esta área por pervivencia del recuerdo de un fundo que llevaba tal nombre 11 .
El topónimo [20], según informantes, comprende un sector de unos 7 kms. a lo largo de un camino.
El [21] también corresponde a un sector: un estuario cerrado entre dos conjuntos de lomas de unos 3 kms. de largo.
Los registros [16] y [16a] son comprensibles bajo un mismo topónimo, un sector que se extiende por unos 2 o 3 kms. a lo largo de un camino, en nuestra estimación. Se trata originalmente del nombre de un fundo, según se recoge en Riso Patrón:
Rulo (Fundo El) 34 18 / 71 02.- Se encuentra en la marjen S del curso inferior del río Cachapoal, entre los Fundos de Millahue i Chillehue.
En el caso de [11] el topónimo se aplica actualmente a dos núcleos de población (Los Rulos y La Comunidad de Los Rulos, conocida la segunda por los menos ancianos como la Comunidad de Santa Luisa –v. nuestra foto 5-) Antiguamente ambos estaban comprendidos dentro de un fundo mencionado en Solano Asta-Buruaga:
Rulos (Los) - Fundo del Departamento de Melipilla próximo al Sur de la aldea de Curacaví y del fundo de Las Águilas; por el oriente corre vecino el riachuelo de Puangue. Es de terrenos sin riego o de secano, y de aquí el nombre que se aplica a esta clase de tierras procedente del araucano rula [sic] aunque el primitivo genuino significado de éste equivale a vegas o llanos húmedos.
Un sector más reducido, por último, comprende el topónimo [3]: se trata de un conjunto de casas y propiedades en torno a una quebrada de algo más de un kilómetro.
2.2. las dos acepciones de rulo en nuestra toponimia: impresiones en terreno
2.2.1. Recursos hídricos
El conocimiento en terreno nos permite constatar el hecho de que rulo, en cuanto topónimo, se asocia habitualmente a parajes de secano. Constatamos esta cualidad claramente en cinco lugares: [2], [3], [5], [11] y [12].
Otros dos lugares presentan actualmente obras de riego. Es el caso de [16] y [19], ambos próximos a ríos importantes 12 .
Puede ser sensato asociar todos estos lugares con ‘secano’. Vale decir, 7 de los 9 lugares que hemos visitado. Aunque los dos últimos recién señalados, por su condición baja y su proximidad a grandes caudales, deben haber sido históricamente muy inundables.
Si ahora intentamos asociar algún lugar con el sentido ‘terreno húmedo adecuado para el cultivo’, este es, el sentido calificado como raro por Lenz y Román, y tenido por el original de la voz mapuche, verificamos que este es igualmente raro en la toponimia.
Serían aplicaciones de ‘terreno húmedo’, entre los sitios visitados, los ubicados en la región sur del país, es decir, [20] y [21]. Quizá se les pueda sumar alguno de la región central (pensamos nuevamente en [16] y [19], entre los que nos ha cabido visitar), visto que se sitúan en terrenos llanos próximos a ríos importantes, como recién dejamos dicho.
2.2.2. Relieve
En cuanto al relieve, la mayor parte de los lugares visitados corresponde a llanos de suave pendiente: [3], [5], [11], [12] y [16] y [20].
En el caso puntual de [3] y [5], topónimos de la IV región, se trata de llanos ubicados a una distancia y altura considerables, respecto de los valles principales de las inmediaciones:
el lugar [3], siguiendo la cartografía, se halla a unos 300 m. sobre el valle del Elqui y a unos 8 km. de distancia de él (v. en la foto 1 el descenso de la Quebrada El Rulo hacia la Quebrada de Talca, a su vez afluente del Elqui);
el lugar [5] se halla a unos 400 m. sobre el Estero Llano Largo y a unos 14 km de distancia del mismo (fotos 3-4).
Se trata entonces de espacios llanos que se abren cerro arriba, y a unos kilómetros de distancia de valles principales.
Los sitios [11], [12] y [16] son suaves pendientes al pie de cerros, por las cuales descenderán aguas llovedizas:
de hecho, sobre el sector [11] se encuentran la Loma del Agua, la Quebrada del Agua y la Quebrada La Represa, según se observa en la cartografía del Instituto Geográfico Militar para el lugar-;
los lugares [11] y [16] distan algunos cientos de metros de dos cauces importantes (Estero Puangue y Río Cachapoal, respectivamente);
en el caso de [12] hay una distancia más considerable aun en relación al río Maipo cuyo cauce, además, se encuentra encajonado algunos metros más abajo de nuestro lugar de interés (foto 6).
en el lugar [20] también los llanos se sitúan entre el cauce del río Cautín y algunos cerros. Pero estos, a diferencia de todos los casos anteriores, son de una altura muy menguada, nada más lomas de unos 20 metros. El descenso del agua desde estas lomas no debe resultar significativo para hacer cultivable el plano, hecho que ya se verá facultado por la alta pluviosidad del lugar (foto 10).
Pueden considerarse los topónimos [19] y [21] como una total excepción respecto del patrón ‘llano cultivable junto a cerros’:
en el caso de [19] la zona es llana, pero, a diferencia de los demás lugares, en las inmediaciones no hay alturas. Se trata de un conjunto de tierras cultivables inmediatas a la ribera Sur del río Achibueno que, por su condición baja, serán de fácil riego y de fácil inundación (foto 9). en el caso de [21] no se observa en el lugar ningún llano, aunque sí suaves lomajes que alcanzan unos 100 ms. de altura desde el nivel del mar y que se alzan a ambos lados de un estuario (v. fotos 11 y 12). En ellos se observan cultivos de papa.
Si bien nuestro topónimo puede verse aplicado a cerros 13 , no parece inverosímil que, en el caso de [21], rulo se haya aplicado a la ensenada o estuario, notable por su poca profundidad, en la cual las mareas, al descender, descubren una amplia playa llana (Es mui somero, inútil para la navegación por embarcaciones menores, son los términos en los cuales Riso Patrón caracteriza el estuario; cf. foto 11) 14 .
2.3. Algunas voces de lugareños
Durante el año 2006 visitamos, como ya se dijo, 9 lugares o sectores que responden al nombre Rulo(s), o El/Los Rulo(s). En tales visitas procedimos a conversar con algunos de sus habitantes, privilegiando a individuos de edad avanzada y habitantes de los respectivos lugares desde su infancia. Intentamos así obtener algunos detalles sobre los cultivos que se practican en la zona, el origen de los núcleos comunitarios y, interés central de nuestra pesquisa, la motivación del topónimo.
Sobre este último punto, podemos señalar las siguientes alternativas:
a.– la motivación del topónimo está, en términos generales, oscurecida. Quizá responda a un caso extremo de oscurecimiento del nombre su posible mutación. En el lugar [19] cuatro informantes niegan que el antiguo nombre del sector fuese Los Rulos, sugiriendo en su lugar Los Lulos:
– ¿Usted sabe si aquí se llama Los Lulos o Los Rulos?
– No, Los Lulos. Rincón de Achibueno, pa abajo [...] Son parcelas no más, endenantes eran fundo [...] buuuh, hace tiempo ya, más de 50 años, más, poh...
– El fundo se llamaba igual?
– Igual [...] Esta es la parcela San Juan (Señora c. 55 años [lugar 19]).
El topónimo, usualmente, es solo un signo arbitrario:
Desde niña esto se llama Rulo. Los antiguos serían... (Isabel Leiva Andrade, viuda de Oyarzo 15 , c. 70 años [lugar 21]).
¿Por qué motivo se llama Los Rulos?... Ahí es aonde no sé. Igual que María Pinto, María Pinto es una comuna, pero yo no sé por qué, ¿ahí habría una mujer que se llamaba María Pinto? (Trabajador, c. 65 años, Comunidad de Los Rulos, [lugar 11]).
b.– existe también conciencia clara del sentido ‘secano’ que posee la voz.
Será porque es muy secano (Trabajador agrícola, c. 35 años [lugar 5]. Acentuando la condición seca del lugar, este informante señala unos eucaliptos plantados en el pueblo Los Rulos, indicando que ya tienen 10 años y aun no pueden ser explotados, cuando en otros lugares a los tres años usted ya está sacando madera).
Si el sentido ‘secano’ puede parecer hoy inmotivado, se le busca una explicación en el pasado:
Según mis conocimientos, de los más viejitos que yo, poh ¿ah? dicen que antes llegaba el aguacero de costa, pongámosle, hasta por ahí una parte que se llamaba El Bosque, un poquito más acá no más. Y el de cordillera llegaba hasta por allí hasta por el río, y pacá no llovía ni con aguacero de cordillera ni con aguacero de costa, así que por eso quedó por Los Rulos.
– ¿Pero sigue siendo así hoy en día?
– No, ahora llueve por parejo. Algunas veces, sí, llega hasta por allá el agüita, no más [...] hay veces que llega hasta la punta de aquel cerro, no más, pero pacá siempre llueve, pero antes creo que por eso se llamaba El Rulo. Decían los viejitos de antes, poh (Trabajador, c. 65 años, Comunidad de Santa Luisa [lugar 11]).
Otras veces el sentido ‘secano’ está en conflicto con la realidad:
Ah, no sé por qué es que se llamará El Rulo, yo de que tengo conocimiento que se ha llamado El Rulo. Aquí se llama El Rulo no tiene nada que ver del rulo porque hay agua más que... Aquí es donde menos escasea el agua, cuando han habido años secos, siempre merma un poquito, pero igual la gente riega (señora c. 65 años [lugar 16]).
Le pusieron al revés el nombre a este pueblo. Claro, si lo más que hay es agua aquí y le pusieron El Rulo ¿serán habilosos? Quién sabe quien fue, pues.
Aquí antes que hubiera agua potable, ahí yo tenía una noria [...] teníamos agua, invierno y verano. Usted tiene que acordarse del año seco que hubo, aquí no falló nunca el agua (anciano, c. 70 años [lugar 16]).
Como hemos ya señalado, El Rulo [16] no está muy distante del Cachapoal, y hoy se ve atravesado por un canal de regadío que corre paralelo a este río. El mismo lugar parece haber sufrido antiguamente inundaciones por crecidas:
– Usted es nacido acá?
– Nacido y criado. Allí donde aquella casita que hay al lado allá del camino [...] ahí nacimos nosotros y ahí nos criamos. Aonde llovía teníamos unos colchones en unos como pasillos que había y ahí [...] nos poníamos a mirar el agua con otro hermano que está que ya se muere poallí ya [...] (íd., [lugar 16]).
Pero otro lugareño de El Rulo [16] considera que allí la tierra es secante, y entrega además la percepción de que las aguas llovedizas no son escasas:
– ¿Por qué se llama El Rulo aquí?
– Porque esto es secante aquí, pos [...] Sí pos, es seco aquí, pero cuando manejamos, cuando llegan las cachás de agua, de repente llegan, del cerro, llegan todas del cerro pacá las aguas, el canal no lo hace tan bien [...] el canal, el que va ahí, no hace el agua [...] no hace el agua el canal, porque de allá viene la otra que viene con más fuerza, la del cerro, esas quebradas que se ven del cerro, claro, llegan mansas cantidás de agua, entonces esta agua que ve aquí [indica el canal] no la deja pasar ¿me entiende? es que la otra viene con más fuerza, más agua, otro tanto más agua, así que por eso (agricultor, c. 50 años [lugar 16], v. fotos 7-8).
c.– hay conciencia de la motivación de la voz, y esta responde a ‘llano, bajo’: De todos los lugares visitados, solo en los habitantes de uno de ellos hallamos conservada una clara motivación del topónimo. Se trata exactamente del único lugar de adstrato mapuche, la zona de Rulo, en la IX región, caracterizada en el Listado Geográfico como una Reducción
Indígena.
En este sitio de costumbres indígenas (por ejemplo, en el atavío de las mujeres, pese a que no hemos escuchado empleo de la lengua mapuche entre sus habitantes) sí parece haber una motivación conservada del nombre, y que se ancla en esta lengua, aún hoy:
– ¿El Rulo se llama, o Rulo no más?
– Rulo [...]
– Estoy [...] haciendo unas averiguaciones de por qué será que se llama Rulo.
– ¡Cómo! ¡Todos tienen estos nombres esos lugares!
– ¿Cuál otro lugar?
– Uy, distintos lugares hay, pallá se llama Huincul, todos tienen sus nombres [...]
– Pero ¿por qué exactamente Rulo?
– Bueno, y aquí, no está viendo, que allá es Huincul porque tiene altura y aquí tiene bajo, por eso es Los Rulos
16 , no tiene altura. Pero para allá [...] todos tienen sus nombres.
– Por lo bajo, entonces...
– Rulo (Labrador, 60 años [lugar 20], v. foto 10)
En la voz de este primer labrador Rulo se opone a Huincul. Este segundo nombre mapuche significa ‘cerro’ 17 . Pareciera que la condición ‘húmeda’ del Rulo, anotada por los gramáticos coloniales del mapuche, no resulta relevante para este informante ni para el siguiente.
En una segunda conversación es traída a colación la voz vega. La condición ‘húmeda’ para este definidor tampoco parece relevante:
– Oiga me dijeron que aquí se llamaba Rulo porque...
– Es vega, sí [...] usted ve, esto es rulo, es vega.
– ...es bajito. ¿Vega le dice usted?
– Es rulo, usted ve que es todo rulo, toda la falda no ve que tiene para allá, y este lado [...]
– Vega le dice usted cuando es...
– Es plano, es plano, vega es plano
– ¿Y no es que se inunde?
– No, no se unda aquí, se unda poco, cuando llega el río se pasa por aquí el agua [...] como no teníamos defensas antes pasaba toda el agua por acá, ahora no, las defensas que están arriba...
– ¿Antes se venía el agua pa arriba?
– Sí por todo el caminito, ahí [...] se entraba en las casas, toda esa cuestión [...] todo ese lado que está el agua, se va para Carahue, por eso de Carahue pa arriba se empieza a llenar de agua las partes bajas (campesino, c. 50 años [lugar 20]).
3. RULO EN LA LEXICOGRAFÍA DEL MAPUCHE
La evidencia recogida en terreno, y sobre todo la evidencia recogida en el lugar [20], ya sugiere algunas ideas sobre el problema de las dos “acepciones” del castellano chileno rulo:
a.– el hecho de que la motivación del nombre solo sea clara e incontrovertible en [20] es evidencia de que el nombre es efectivamente
de origen mapuche;
b.– el hecho de que rulo sea identificado en [20] con el castellano vega, y que este sea entendido meramente como ‘terreno llano’ sugiere, a su vez, que el sema [+ húmedo] y [- húmedo] que integra respectivamente las dos acepciones de rulo (‘vega húmeda’ y ‘secano’) puede ser solo un rasgo prescindible y accidental, asociado a referentes similares en climas diferentes.
Si rulo fuese originalmente solo ‘llano cultivable sin riego’ la transición semántica ‘terreno húmedo’ ‘terreno seco’, a su vez fundamentada en las prácticas ‘terreno que no necesita riego’ ‘terreno que no se puede regar’, sería totalmente prescindible.
El mismo referente (un llano cultivado sin riego), por cuestiones de mera pluviometría, sería naturalmente húmedo en el sur lluvioso, y naturalmente seco en un norte mediterráneo o semidesértico. Así, las dos “acepciones” de rulo se reducen a meros accidentes de los referentes. No serían hechos de lengua, sino de realidad. ¿Posibilita la lexicografía del mapuche esta comprensión extensa del signo?
La lexicografía del mapudungun nos ofrece los siguientes antecedentes sobre el étimo en cuestión, ya citados arriba en Lenz (1905-1910):
Rulu - las vegas, o llanos húmedos (Febrés 1765);
Rulu, campus, locus madidus, humidus. 428 (Havestadt 1883).
Ambos antecedentes apuntan a un concepto que parece incluir el sema [+húmedo]. En la dirección inversa de estas obras, tenemos ahora:
Llano húmedo, vega - rulu (Febrés 1765);
Vega - rulu (Febrés 1765);
Campus humidus, rulu (Havestadt 1883, vol. I: 262);
Campus planus, apertus: pratum, lelvun, rulu. (Havestadt 1883, vol. I: 208).
Si no nos engañamos, en la dirección español-mapuche o latín-mapuche de ambas obras, puede apreciarse un punto de partida que prescinde del sema [+ húmedo] para rulu. Si Febrés lo iguala con el cast. vega, Havestadt parece igualar rulu con lelvun, como un mero ‘llano’ (campus planus).
Lelvun se halla documentado desde Valdivia (1684):
Lelyun [sic] ‘el campo’ (Valdivia 1684)
Lelvun ò levùn - llanos, llanuras, campiñas llanas: lelvun uùthan mapu
– el vutan mapu, ò Provincia de los llanos, que empieza por Angol, Repocura, y Maquehue. (Febrés 1765);
Llanada, llano, llanura - lelvun (Febrés 1765).
Lelvun, campus, vallis, planities. 360 (Havestadt 1883).
Parece haber un consenso en identificar lelvun con ‘el campo’, y en una dimensión mayor aun, con la ‘llanura o planicie’.
Más cerca de nuestros días, en 1915, Augusta (1991) incluye rulu solo en la parte española-mapuche de su diccionario, como un definidor de la voz vega:
vega f rulu+; latraq (mapu)*
Rulu queda marcado como propio de la variedad mapuche hablada en Budi, en tanto la alternativa latraq mapu es la del dialecto de Panguipulli. Latraq (mapu) tiene otro punto de llegada castellano en la sección español-araucano de Augusta: es también definición del cast. llano.
Como se ve, la condición [+ húmedo] de rulu parece de pronto asomarse como ocultarse en los lexicógrafos del mapuche. Por el contrario, la condición [+ llano] es la que se comprueba como constante.
En suma, la lexicografía del mapuche, en particular Havestadt y Augusta, permiten intuir que quizás el map. rulu sea solo un ‘llano’, un llano despejado y, por tanto, laborable, cuya condición húmeda no es fundamental.
4. SOBRE EL CASTELLANO VEGA
¿Nos permitirá una mejor aproximación a nuestro problema conocer los valores del cast. vega? Esta palabra, empleada como equivalente del map. rulu en Febrés y en Augusta, ha sido también empleada para explicar rulo en el lugar [20].
Vega conoce en el DRAE actual tres acepciones:
vega. (De la voz prerromana *vaica).
1. f. Parte de tierra baja, llana y fértil.
2. f. Chile. Terreno muy húmedo.
3. f. Cuba y Ve n . Terreno sembrado de tabaco.
Se le reconoce aquí un sentido chileno a la voz. Si bien pareciera ser este el que presenta Febrés (s.v. rulu), no podemos descartar que, por el contrario, se trate del primer sentido, igualmente vigente en Chile (y cf. adelante, nuestro acápite [4.3.]).
Acaso este primer sentido o acepción del DRAE es el que presenta también Augusta, y es el que hemos atestiguado en el lugar [20] 18 .
De cualquier forma parece claro que ‘terreno húmedo’ debe ser solo un desarrollo de ‘terreno bajo’.
El DA complica los matices americanos de este signo:
vega.
I. 1. f. Ve , Ch. Terreno húmedo cubierto de hierba cerca del cual,
generalmente, corre un riachuelo.
2. Ar:NO. Terreno que por excesiva humedad no resulta apto para el cultivo.
3. Cu, Ve . Terreno plantado de tabaco. ◆ pasto 19 .
4. Pe:E. Terreno que se inunda en verano y se seca en invierno.
Se aprecia ahora que vega tiene varios desarrollos siguiendo el sema [+ húmedo], y una tercera acepción que desarrolla el rasgo [+ cultivable]. Las acepciones 1 y 4 designan también, suponemos, tierras laborables.
El denominador común de los sentidos de vega, en cualquier caso, parece ser [+ terreno bajo, llano]. Es desde aquí, de donde parten desarrollos hacia [+ terreno laborable sin riego] y [+ terreno inundable].
4.1. Vega en la lexicografía del castellano
Los antecedentes históricos en la lexicografía hispánica reunidos en el NTLLE nos permiten remontarnos hasta autores como Nebrija 1495, quien trata vega desde dos equivalentes latinos:
Vega campo llano. campus. i.
Vega que se labra, ager cultiuus
Partimos, pues, desde una condición inicial doble: [+ llano] y [+ cultivado]. Seguramente el primero es el fundamento inicial del signo 20 .
En 1611 Covarrubias introduce un sema [+ húmedo] en la definición:
Vega, campo baxo, llano, y humedo, a vigore, por estar siempre cõ vigor y fuerças. El padre Guadix dize ser nõbre Arabigo, y que sinifica tierra de lauor, puesta en llano. (Covarrubias 1611).
Una etimología alternativa de Diego Guadix, aquí contemplada por Covarrubias, entiende que vega es originalmente nombre árabe del campo llano.
Contemporáneamente, Rosal considera que se trata de la tierra en la que se pueden cultivar cereales:
Vega quiere decir tierra de pan, de Bec, ò Beccos, que segun refiere Herodoto (lib. 2.) era antígua palabra de los Phrygios, que significa el pan. Hinc Bacía Hispanie cívitas per Viriatum obsessa. (Rosal 1611)
Así se trazan dos direcciones para vega. Una se especializa en el llano húmedo, a menudo junto a un curso de agua:
Véga. L. campus planus & humidus. A ground or pasture running by the water side. dict: a vigore. Cob: at Guad: inquit Arabicum esse et significare planitiem. (Minsheu 1617).
La otra permanece como ‘llano’, o ‘llano cultivado’, siguiendo de cerca a Nebrija:
vega [pianùra, luogo piano.
Vino de vega. [vino di piano. (Franciosini 1620)
Una revisión de la evolución de la definición de vega en el DRAE nos permite constatar que la actual primera acepción de esta obra es prácticamente la misma de 1739:
Vega. s.f. Parte de tierra, ò campo baxo, llano, y fertil. (Autoridades)
En 1852 se modificó el último determinante de la definición (Parte de tierra ó campo bajo, llano, y húmedo), que en 1899 retoma su forma primigenia.
4.2. Vega en su dimensión atlántica
El DCECH asigna a vega un origen prerromano, suponiendo un ibaika ‘terreno regable y a veces inundado’, desarrollo de ibai ‘río’, conservado actualmente en vasco, con un sufijo -ko, -ka, que indica pertenencia (‘del río’). Atrae documentación antigua, en la cual la palabra se aplica a tierras valiosas, aledañas a ríos, con cultivos de viñedos.
Desde un sentido originario ‘región llana de un valle’, claramente atestiguado aun durante el Siglo de Oro, este signo desarrolla acepciones de pronunciada divergencia:
en Cespedosa, Salamanca, es la ‘depresión de terreno extensa que no tiene agua’.
en América, estima el DCECH, se acentúa la idea de ‘terreno húmedo’: Corominas señala haber visto vegas en los Andes argentinos que consistían en yerbazales brotados en torno a manantiales circundados de yermos. En Chile llega a significar ‘lugar pantanoso’.
Si seguimos noticias del español andaluz y canario, podemos anotar que hay, en ambas variedades, desarrollos de vega hacia ‘secano’:
vega f. Secano de trigal [ALEA IV, 930n: Se402] [...] [TLHA]
vegueta [...] 3. Llano de poca extensión en medio de los cerros [VMO:
Co] [TLHA]
vega [...] 2. I, 31 Secano (terreno que no se puede regar por falta de agua), bega en Go, 40 (ALEICan) 4. [...] Zona de tierra fértil, que en la isla se localiza sobre todo en los pequeños valles que forma el terreno y por cuyo fondo discurre algún barranco [‘quiebra profunda’] [...] [TLECan]
4.3. Vega en la lexicografía chilena
En cuanto a la lexicografía chilena, esta incluye vega desde el Diccionario de Chilenismos de Rodríguez (1875):
Vega. Llamamos en Chile vegas los terrenos pantanosos que, por su excesiva humedad, son impropios para el cultivo; terrenos que se llaman, si no estamos engañados, puquiales en el Perú, i marjales en España 21 .
La voz vuelve a incluirse en Echeverría (1900), pero con un significado menos estrecho:
Vega.- am.- f.- tierra húmeda en jeneral
Román (1901-1918) discurre con detención:
Vega, f. Para el Dicc. es “parte de tierra baja, llana y fértil”; para nosotros es tierra aguanosa, que se reviene, prescindiendo de que sea baja, llana y fértil, porque todo eso puede serlo o no serlo. Veamos qué dicen los españoles anteriores al actual Dicc. 22
Y reúne, conforme a este anuncio, algunos antecedentes previos al DRAE de su época, comenzando por atestiguar la noción [+ húmedo] de vega en Covarrubias:
Covarrubias, hablando del marchal, escribe: “Vale tanto como vegas o prados aguazanados [encharcados];” y, definiendo el marjal, que es la misma voz con grafía distinta, dice: “Comunmente se llaman pantanos los marjales, que son los prados y vegas aguanosos.” “Hijuela llaman los labradores unas zanjas por las cuales desaguan las vegas para poderlas sembrar.” (Id. art. Hija). “Vega: campo bajo, llano y húmedo.” (Id.)
Considera que en verdad hay en Chile dos conceptos de vega. Uno es el recién explicado ‘tierra aguanosa’, y el otro sería el ‘llano fértil’, que circula en el Sur del país:
En la provincia de Valdivia y en otras partes del Sur llaman vega, como el Dicc. el terreno llano y fértil, aunque sea seco; lo que prueba que allá lo han aprendido de otros españoles distintos de los de acá. En este mismo sentido tradujo Scío “tierra de montes y de vegas” la expresión “terra montuosa et campestris.” (Deuteronomio, XI, I 1)”. Quedémonos pues con ambas aceps., porque ambas son clásicas, y agregue el Dicc. la que omitió. (Román 1901-1918, s.v. vega) 23
En suma, los lexicógrafos chilenos anotan la existencia en suelo nacional de un vega que suma el sema [+ húmedo]. Esta humedad puede ser extrema, hasta el punto de configurar un suelo de agricultura impracticable (cf. Rodríguez 1875, arriba, y la acepción del DA para el noroeste argentino, en el acápite [4]). Román reconoce este sentido en el antecedente de Covarrubias, y aun piensa que el DRAE debe reponer un vega que contemple el sema [+húmedo], y que efectivamente figuró entre las ediciones de 1852 y la de 1899 (v. lo dicho al final de nuestro [4.1]).
Señalemos, para cerrar esta sección, que vega es empleado por Lenz para definir rulo, pero también para definir huapi, mallín y trapén. En tales empleos, vega, asumimos, está abierto en un abanico que abarca desde terrenos de menor humedad y laborables (rulo y huapi), hasta terrenos tan húmedos que ya no son de provecho agrícola (trapén).
5. CONCLUSIONES
Rodríguez (1875) y Román (1901-1918) suponen un desarrollo semántico de rulo por oposición al que suponen su sentido original (‘terreno húmedo’ ‘terreno secano’). Suponen que en un medio cultural ya dominado por el hombre hispánico nuestra voz habría sumado su nueva acepción (entre los indios convertidos i conquistados, afirma Rodríguez).
Nuestras conclusiones no pueden desmentir esta hipótesis, pero sí le pueden señalar una alternativa que la hace prescindible. Pensamos que es satisfactorio y verosímil suponer que el sentido original de rulo haya sido ‘llano’, ‘llano cultivable’ o ‘llano cultivable sin riego’ 24 .
¿Qué evidencias nos conducen a pensar así?
a.– visitados 9 lugares cuyo nombre responde a continuaciones de rulo, solo en uno de ellos apareció clara conciencia de la motivación del nombre. Allí se lo opuso a huincul, y se le asignó el equivalente castellano vega, entendido como ‘llano, bajo’.
b.– un punto de partida ‘llano’, ‘llano cultivable’, o ‘llano cultivable sin riego’ nos permite explicarnos satisfactoriamente la distribución de las dos “acepciones” de rulo en el suelo chileno.
En regiones de pluviosidad baja, los llanos cultivables tienden a ser de secano; en regiones de pluviosidad alta, los llanos cultivables tienden a ser tierras húmedas que no necesitan riego:
– Esto es pa sembrar trigo [...]
– ¿Y va a sembrar cuando?
– Mmmh... cuando se arregle el tiempo, ahora estuvo lluviendo mucho, y está harto mojado la tierra. Esta tiene que estar media oreadita la tierra pa sembrar (Labrador, c. 60 años, Rulo, Nueva Imperial, IX región).
‘Secano’ es la realidad que se extiende por el Centro y Centrosur del país, alcanzando la Región Metropolitana, y dejando huellas toponímicas hasta la IV región por el norte.
‘Campo húmedo’ es la realidad que se observa en el Sur del país 25 .
En la zona Centro-Sur del país el lugar [19], adyacente a un río y seguramente fácilmente inundable, resulta de difícil adscripción a uno u otro polo: ¿secano o terreno húmedo? Lo cierto es que se trata de un llano. ¿Responde la difusión de los dos sentidos de la voz a una cuestión de orden cultural (el traslado de la agricultura indígena desde terrenos que no precisaban regarse a terrenos que no podían ser regados) o a una cuestión de orden climática?
Creemos que la segunda alternativa es desde ya satisfactoria, partiendo siempre desde un concepto central ‘llano cultivado sin riego’.
c.– un desarrollo semántico de rulo desde ‘llano’, ‘llano cultivable’ hasta ‘secano’ es muy verosímil.
Podemos constatar que en la historia del cast. vega ya ha ocurrido algo similar. Este mismo signo conoce igualmente especializaciones en ‘terreno húmedo’, si se quiere además.
d.– si diéramos por buena la propuesta de historia semántica de rulo esbozada por Rodríguez y Román asistiríamos al hecho paradojal de que la acepción nueva de rulo (‘secano’) prospera en el Norte Chico y Centro del país, dejando muchos más topónimos que la acepción primigenia de la voz (‘terreno húmedo’) que casi no deja topónimos, ni en la zona Sur del país, donde la influencia del mapuche debiese resultar más pronunciada.
Esta paradoja exigiría aun una buena explicación histórica.
Hasta aquí podemos atisbar la historia de nuestro signo.
Anotemos además una sospecha: una vez ingresado en el castellano, rulo no enseña claramente un significado ‘terreno húmedo’. Este significado quizás sea solo etnográfico, y quizás haya sido supuesto en alguna medida por Lenz (a partir de su lectura del erudito Medina) y por Román (quien lo “atestigua” a través de la toponimia 26 ).
El castellano chileno rulo sí se acaba por especializar en ‘secano’ (con todas las connotaciones negativas que desarrollan sus derivados y sus fraseologismos). Es en la región tempranamente hispanizada del país donde cabe asociar rulo con ‘secano’ y consecuentemente, es allí donde nuestra voz cristaliza en topónimos que designan explanadas laborables sin regadío, y pendientes suaves que descienden del pie de unos cerros.
La transición semántica propuesta por Rodríguez y seguida por Román (‘tierra que no necesita riego’ > ‘tierra que no se puede regar’), si bien no carece de verosimiltud, parece prescindible. Las dos “acepciones” de rulo deben estar, en principio, ligadas por un denominador común más sencillo, el mero ‘llano’, el ‘llano cultivable’ o ‘el llano cultivable sin (obras de) riego’ 27 .
Resumen:
1. RULO EN LA LEXICOGRAFÍA CHILENA ¿UNA VOZ DE DOS ACEPCIONES?
2. RULO EN LA TOPONIMIA CHILENA
2.1. Precisiones iniciales sobre algunos topónimos
2.2. las dos acepciones de rulo en nuestra toponimia: impresiones en terreno
2.3. Algunas voces de lugareños
3. RULO EN LA LEXICOGRAFÍA DEL MAPUCHE
4. SOBRE EL CASTELLANO VEGA
4.1. Vega en la lexicografía del castellano
4.2. Vega en su dimensión atlántica
4.3. Vega en la lexicografía chilena
5. CONCLUSIONES